viernes, 29 de mayo de 2009

Debes Amarme

Hoy mientras oía una canción de Madonna, recordé a tres personas en mi vida que están o han pasado por dramas amorosos, están personas no tiene casi nada en común, dos de ellos son gays y una heterosexual, no tienen las mismas edades y tampoco comparten la misma letra en la escala social. Lo único que tienen en común, que ya es bastante, es que aman demasiado. Pero no solo eso, sino que además han perdido un poco su esencia, su amor propio en la lucha por no quedarse solos. Estas personas no solo necesitan, sino que simplemente no pueden ser ellos mismos sin la otra mitad. He vista a JM pasar por las humillaciones mas grandes, perdonar lo imperdonable y mentir al respecto, por pura vergüenza, con la cara de quien sabe que esta haciendo algo malo, pero que no puede dejar de hacerlo. Ahora y después de varios golpes en la cara, físicos y emocionales, puede cantar victoria porque cuando decidió cortar mas por orgullo que por sentido común, empezaron a necesitarlo a él y por esas contradicciones humanas se dio cuenta que ya no lo quería.
Fernando es muy joven, bonito y juguetón, del tipo de gay con quien será hasta dentro de un año ilegal salir, y esta perdidamente enamorado de alguien quien le dobla la edad y la astucia. No tiene ni la menor idea del tiempo que esta perdiendo y lo mucho que le están viendo la cara, o lo que es peor, si lo sabe, pero no le importa. No creo que pase mas de dos horas sin hablar de Samuel y aunque solo digas cosas malas de él, tiene en común con JM esa forma de hablar mal del otro que parece que mas contar cosas, están tratando de convencerse a si mismo que esas persona no son para ellos. No sé si finalmente esto termine bien o mal, pero de lo que si estoy seguro es que habrá aprendido a quererse un poco más cuando la realidad se le presente mas como una canción de Iron Maiden que como una balada hueca de Britney Spears.
Valeria es para mi, la mas indescifrable de este trío, les dobla la edad, es una mujer segura de si misma, inteligente y pragmática, pero en lo que respecta a Mario, no existe para ella ninguna de las reglas que adopta en que casi todo lo demás. La he visto hacer cosas que no hubiera creído sino las hubiera visto, desde esperarlo en la puerta del trabajo hasta marcar simultáneamente y durante horas el celular, el teléfono, de la oficina, dejarle mensajes y mandarle emails, solo porque necesitaba hablar con él, sin ningún motivo en especial; y claro cuando se levantaba el dedo acusador para llamarla neurótica, por decir lo menos, se tiraba en el suelo ofendida, golpeándose el pecho mas como victima martirizada que como pecadora exagerada. Ahora que finalmente se volvieron para él cadenas lo que fueron cintas blancas se fue huyendo mas rápido que de la gripe AH1N1. Ella no solo se puso en cuarenta psicológica sino que además toma pastillas para la felicidad o al menos para fingirla mejor.
Siempre temí encontrarme en algún punto de mi vida entre estas personas, pero creo que soy demasiado ególatra, he sufrido por amor como todo el mundo, pero aprendí a lavarme la cara y olvidar, además como dicen los SodaStereo: “No quiero soñar mil veces las mismas cosas, ni contemplarla sabiamente, quiero que me trates suavemente”.