martes, 20 de diciembre de 2011

8 de diciembre.

Hace un año mientras tomaba un café y terminaba de leer Travesuras de la niña mala, esperaba por una persona, con la convicción de que fuera quien yo creía. Lo había visto un tiempo atrás en la discoteca y su forma de bailar me había llamado la atención, pero no teníamos amigos en común y él me intimidaba un poco. Luego de unos meses y por esas cosas del facebook alguien lo había agregado como Hace un año mientras tomaba un café y terminaba de leer Travesuras de la niña mala, esperaba por una persona, con la convicción de que fuera quien yo creía. Lo había visto un tiempo atrás en la discoteca y su forma de bailar me había llamado la atención, pero no teníamos amigos en común y él me intimidaba un poco. Luego de unos meses y por esas cosas del facebook alguien lo había agregado como amigo y pensé que esa era mi oportunidad. Le hice conversación y en una actitud muy suya me pregunto quién era yo, le dije que teníamos amigos en común y me contesto: si, y? Entonces pensé que no seria fácil, pero logramos comunicarnos bien. Me senté estratégicamente para verlo llegar, esta no era precisamente una cita a ciegas, pero en la era del photoshop es difícil saber si la persona se parece a su foto. Lo vi llegar con su andar particular, sus cabellos crespos y mucha personalidad, y pensé que ese era el chico que estaba esperando. Hablamos un rato, y como se suele hacer en las primeras citas, coqueteamos y exploramos, desde el primer momento pensé que esa no debía ser una única cita. Había llegado enero y fueron cada vez mas frecuentes nuestros encuentros, salimos a almorzar, al cine o a bailar. Firmamos un pacto de exclusividad y fui feliz teniéndolo en mi vida. Tres meses después, un treinta de abril, habría de proponerme que ese pacto de exclusividad llevara un titulo mas adecuado: Novios y como todo persona moderna, lo primero que hicimos fue cambiar nuestro estado sentimental en el Facebook.
Desde ese momento él esta en mi vida de muchas maneras, no solo como novio, también como amigo y compañero. Tenemos una relación estable, y si existen, madura. Nos conocemos bien y cada vez mejor, no somos perfectos y si no hubiera sorpresas seria aburrido. Disfruto verlo bailar con una habilidad de la cual yo carezco totalmente, disfruto su sonrisa y su risa escandalosa, disfruto su forma directa de contestar y esa manera que tiene de decirme que me quiere con la mirada o con una caricia. Estoy seguro que luego de un año de conocernos y ocho meses de ser novios, ambos sentimos que aún falta mucho camino para andar, pero que vamos en la dirección correcta. Una vez le escuche decir a Madonna que uno no debe enamorarse de su alma gemela, sino de quien presiona nuestros botones, quien representa un reto y él siempre es uno para mi, cada vez que logro que cambie su expresión seria por una sonrisa, que me roba un beso o que me llama solo para saber cómo estoy, me hace sentir que estoy donde quiero estar, porque nada nos hace sentir más satisfechos que haber logrado algo que nos costó un esfuerzo, y en este caso todo el proceso me gusta. Lo que es fácil, es aburrido. En estos ocho meses de andar juntos, de comer en huariques, de pasear las tarde de sábado, de conocer sitio nuevos, de ver películas que algunos de los dos no quería ver, de besarnos en los taxis, de tomarnos de la mano sutilmente en la calle, de besarnos en la puerta de mi casa y despedirnos a una cuadra de la suya, estoy totalmente seguro de que ese chico que conocí hace un año se quedaría en mi vida mucho mas tiempo. Se llama Sean y es mi novio.
amigo y pensé que esa era mi oportunidad. Le hice conversación y en una actitud muy suya me pregunto quién era yo, le dije que teníamos amigos en común y me contesto: si, y? Entonces pensé que no seria fácil, pero logramos comunicarnos bien. Me senté estratégicamente para verlo llegar, esta no era precisamente una cita a ciegas, pero en la era del photoshop es difícil saber si la persona se parece a su foto. Lo vi llegar con su andar particular, sus cabellos crespos y mucha personalidad, y pensé que ese era el chico que estaba esperando. Hablamos un rato, y como se suele hacer en las primeras citas, coqueteamos y exploramos, desde el primer momento pensé que esa no debía ser una única cita. Había llegado enero y fueron cada vez mas frecuentes nuestros encuentros, salimos a almorzar, al cine o a bailar. Firmamos un pacto de exclusividad y fui feliz teniéndolo en mi vida. Tres meses después, un treinta de abril, habría de proponerme que ese pacto de exclusividad llevara un titulo mas adecuado: Novios y como todo persona moderna, lo primero que hicimos fue cambiar nuestro estado sentimental en el Facebook.
Desde ese momento él esta en mi vida de muchas maneras, no solo como novio, también como amigo y compañero. Tenemos una relación estable, y si existen, madura. Nos conocemos bien y cada vez mejor, no somos perfectos y si no hubiera sorpresas seria aburrido. Disfruto verlo bailar con una habilidad de la cual yo carezco totalmente, disfruto su sonrisa y su risa escandalosa, disfruto su forma directa de contestar y esa manera que tiene de decirme que me quiere con la mirada o con una caricia. Estoy seguro que luego de un año de conocernos y ocho meses de ser novios, ambos sentimos que aún falta mucho camino para andar, pero que vamos en la dirección correcta. Una vez le escuche decir a Madonna que uno no debe enamorarse de su alma gemela, sino de quien presiona nuestros botones, quien representa un reto y él siempre es uno para mi, cada vez que logro que cambie su expresión seria por una sonrisa, que me roba un beso o que me llama solo para saber cómo estoy, me hace sentir que estoy donde quiero estar, porque nada nos hace sentir más satisfechos que haber logrado algo que nos costó un esfuerzo, y en este caso todo el proceso me gusta. Lo que es fácil, es aburrido. En estos ocho meses de andar juntos, de comer en huariques, de pasear las tarde de sábado, de conocer sitio nuevos, de ver películas que algunos de los dos no quería ver, de besarnos en los taxis, de tomarnos de la mano sutilmente en la calle, de besarnos en la puerta de mi casa y despedirnos a una cuadra de la suya, estoy totalmente seguro de que ese chico que conocí hace un año se quedaría en mi vida mucho mas tiempo. Se llama Sean y es mi novio.