martes, 27 de mayo de 2008

No me llames, te llamo

Cuando uno se encuentra metido en una relación o tratando de meterse en una, el orden de los factores siempre altera el producto. Lo que decimos, hacemos y como lo decimos y hacemos puede determinar el éxito de nuestro objetivo. Pero siempre he creído que es de cierta forma extenuante andar pensado todo lo que vas a hacer y en como lo va a interpretar la otra persona. Si todo el tiempo estamos pensando en agradar, entonces algo de nuestra esencia se pierde y dejamos de ser nosotros para convertirnos en lo que creemos es lo que quiere el otro. De ese mismo modo sucede con las iniciativas, se esta mas seguro cuando sabemos que es el otro quien se muere por nosotros, cuando tu eres el objeto de su afecto y su deseo, nos sentimos mas capaces de ser nosotros mismos, porque en definitiva es así como gustamos, no tenemos que preocuparnos por quien dará el primer paso. ¿Pero que pasa cuando estas del otro lado, cuando eres tu quien daría todo por la otra persona? Supongo que todo cambia, a mi por ejemplo me gusta quien me subyuga, quien me domina un poco, no al punto de convertirme en un títere, pero no me importa hacer cualquier cosa por esa persona, y créanme como diría Soda Stereo: “No creerías las cosas que hecho por ella”, con orgullo y mirando a los ojos.
Creo que el mejor ejemplo de esto es la típica espera por esa llamada telefónica: He visto a todo tipo de personas, desde las más pusilánimes hasta las más egocéntricas, detener todo en su vida hasta que la persona en cuestión las llame. Siempre recuerdo a mi amiga T. que llamaba desde el teléfono de su casa a su celular para ver si funcionaba, a I que jugaba con el teléfono para quitarse la ansiedad y para tenerlo cerca por supuesto, a C que llamaba desde otro numero al celular de él, para ver si estaba activo o el mas ¿patético? de todos el de R que como trabajaba en la Telefónica averiguaba si tenia saldo o a quien mas había llamado. Por supuesto todas las personas anteriores negaran rotundamente lo que estoy afirmando. El otro lado de la cuestión es cuando llamar, cual es el momento exacto en que tu llamada será interpretada como interés y no como desesperación. Cuando piensas en millones de motivos por los cuales tienes que hablar con esa persona, tal vez sea el momento de darnos cuenta que si la mitad de nosotros mismos cuestiona ese acto, deberíamos colgar el teléfono. Llamar primero puede significar que simplemente tenemos ganas de hablar con esa persona, pero como dije antes, también es muy sutil la línea del interés y la codependencia. Para mi que soy muy inseguro en temas de amor, lo peor que me puede pasar es que no me contesten el teléfono, eso es peor a que me hablen con desinterés, porque así entiendo que mi llamada es inoportuna o que será la ultima, pero sino te contestan las variantes en tu cabeza pueden ser tan amplias como el adiós silencioso o el no tengo ganas de hablar con nadie y en especial contigo. Si para las personas es muy difícil despojarse de sus muros de contención, la exposición nos convierte en presas fáciles, el esperar desespera y confunde. No creo que exista una formula infalible para encontrar el momento perfecto para llamar o una pastilla que nos genere paz mientras esperamos que el teléfono suene, solo queda tratar de imaginar que estamos haciendo lo correcto. Si, como dice Yola: “El telefonito es una necesidad” ¿pero díganme a veces no han querido romperlo en miles de pedazos?

A los treinta

No se desde cuando exactamente pero he empezado a tomar conciencia que tengo treinta años, no estoy diciendo que me sienta viejo, nada mas lejano, es solo que mis prioridades han cambiado, ya no me divierten las mismas cosas, y ya no tengo la misma paciencia de antes. Ni siquiera para el coqueteo, antes podía soportar una conversación soporífera, trivial o descaradamente hueca si con ello conseguiría quitarles la ropa. Ahora no, la vida me pasa por otro lado, la persona me tiene que gustar en varios aspectos. No me malinterpreten, no he cambiado mi rango de edades en lo que a victimas se refiere, pero prefiero a alguien que sepa lo que significa APEC y no tanto BF4E. Mis amigos, que son pocos y muy buenos, siempre me dicen que espero mucho si en verdad encuentro tan poco, pero para alguien que como yo habla mucho de casi todo sabiendo poco de casi nada, es muy refrescante encontrar a alguien de veinte que me enseñe algo, desde escuchar Aida hasta hacer una felatio. No me refiero a que sea emulo de Marco Aurelio Denegrí, pero alguien con personalidad, que disfrute una copa de vino tanto como un porro. Lo que quiero decir es que las personas ya no solo me cautivan por el físico, he empezado a comprar el paquete completo.
Por supuesto eso es en mi caso. Tengo dos buenas amigas recientemente divorciadas que están pasando por un proceso inverso al mío, ya no quieren tanto un novio pragmático como un agarre cool, no digo que se hayan convertido en mujeres de choque y fuga, si no que se han reencontrado con su lado veinteañero de no tomarse las cosas tan en serio, vivir la vida para ellas ya no representa tanto buscar alguien que les de seguridad como alguien que las apasione. Es obvio que para los demás (cucufatos) esa nueva forma de vivir es un tanto promiscua o meramente irresponsable, pero yo siempre pensado y gritado, que uno debe vivir lo que le plazca sin restricciones. Mi hermana, mujer practica, si las hay, siempre estuvo mas al borde que yo, hizo todo lo que tenia que hacer antes de los veinticinco y siempre me inspiro en ella para vivir mi vida. Justo cuando ella decidió que era tiempo de ser mama y tener casa con jardín, perro y marido yo decidí salir de closet y descubrir lo que me estaba perdiendo. Ella es feliz siendo madre, y hoy que ambos estamos en los treinta y compartimos mas cosas que nunca, se que debes en cuando a ella, como a mis amigas, le gustaría tirar lo toalla y volver a ser la Brenda que era cuando tenia veintidós, pero claro la diferencia es que es mamá y esta embarazada del segundo. A veces en nuestras conversaciones se sorprende como hemos cambiado y que ahora sea yo quien llegue el domingo en la mañana con el pan y el tamal y ella sea quien abra la puerta. Siempre fuimos muy diferentes, pero creo que en eso radicaba nuestra amor filial, antes era yo quien se quedaba los sábados por la noche en casa y era ella quien llegaba el día siguiente, tal vez por eso ahora me entiende y me celebra, porque siete años después las cosas están al revés pero la esencia es la misma. Supongo que todos vivimos etapas y finalmente la vida es cíclica, no creo que yo alguna vez tenga casa con hijos y mascotas, pero supongo por ahora ella vera nickelodeon con su hijo y yo seguiré saliendo con gente que hasta hace poco era fan de ese canal, pero de cuando en cuando hace zapping entre Mtv y People&Arts.

Dejame Entrar

Cuando decides vivir tu vida de una determinada manera piensas que es mas fácil ser indiferente, frio y un poco manipulador. Es mas seguro, y hasta lo disfrutas, pero siempre y en algún momento las cosas cambian. La vida empieza a tener otro sentido cuando las ves desde una posición vulnerable, cuando decides dejarte llevar y que otro la gobierne, es cierto que con la edad nos volvemos mas seguros de nosotros mismos que necesitamos mas nuestro espacio, pero también que es mas probable, que cuando nos enamoremos sea de una forma mas intensa. Es entonces cuando las cosas se vuelven un poco contradictorias, porque aunque ames locamente, tu lado pragmático se vuelve mas analítico y por ende desconfiado, no solo necesitas estar con alguien, necesitas estar seguro que esa persona quiere estar contigo, no se trata tanto de querer, como de querer que te quieran como tu lo haces. ¿Pero qué nos podría generar esa paz que teníamos a los quince cuando lo único que necesitabas era estar con esa persona? Yo lo estoy descubriendo de a pocos.
Cuando has conocido el otro lado de la luna, sabes con seguridad que la gente manipula, miente y siempre saca una tajada, sentimental o material, en cada cosa que hace. Mientras mas sabes, mas difícil se vuelve confiar, es tal vez por eso y por asociación, también se vuelve difícil amar. Pero por supuesto todo eso cambia, cuando te liberas de los prejuicios y las predisposiciones y te dejas llevar. Amas con miedo claro, pero amas. Creo que el kit de la cuestión aquí es si estamos dispuestos a despojarnos de todo por ese amor. Yo que soy pragmático por antonomasia, en el amor es en lo único en que me dejo llevar, en que me vuelvo codependiente, pegajoso e inseguro pero nadie es más feliz que yo siéndolo. Si, sus pies están sobre mi cabeza y que chu.. ps. Mis amigos dicen que lo mejor para conquistar a la otra persona es practicar la indiferencia, pero supongo que soy pésimo jugando ese juego. Puedo ser indiferente, coqueto, manipulador, cuando lo único que quiero es quitarle la ropa, pero cuando quiero que me dejen entrar al corazón, la dulzura, y si, un poco la cursilería, me sale por los poros. No quiero estar lejos de esa persona ni por un minuto. Quiero hacerla feliz, aunque pierda mi identidad y un poco mi autoestima, mientras tanto. No creo ser una persona que ame demasiado, solo soy una persona que necesita demasiado. La pase muy bien siendo pendejo. Pero ahora quiero otra cosa, esta bueno agarrar con dos diferentes en una misma noche, o hacer una liquidación de fin de semana (2x1, ustedes entienden) pero por ahora soy mas feliz, con una botella de vino y viendo Lo que el viento se llevo o videos de la Carra en Youtube con él, y he descubierto para mi sorpresa que no quiero lograr que se quite la ropa, quiero lograr que no se vaya de mi lado.