martes, 15 de enero de 2008

Invisibles


Como todos, o casi todos los mortales yo pase el año nuevo prometiéndome a mi mismo hacer cambios en mi vida. Me sentía un poco fuera de lugar en aquella fiesta y supongo que por eso me puse a divagar en retos rebuscados. No entendía mucho porque me sentía así hasta que mi amigo Rick, cuya lengua viperina es mas peligrosa que la de una urraca, pero mas entretenida que un reality show, me dijo que se sentía frustrado, había hecho muchos cambios en su vida y en su aspecto, por primera vez en mucho tiempo se sentía seguro de si mismo, pero que eso no había cambiado su éxito en las relaciones, es decir no conseguía ni la atención del hombre de seguridad en la disco, y yo pensaba que su vida y su aspecto eran muy parecidos al mio, y que aunque yo estaba con un poco mas de ventaja, ya que mi opción me permite ser el cazador y no la presa. En verdad a mi me sucedía lo mismo. Era algo en que pensar con un par de vodkas mas, pero tan cierto como que la noche sigue al día. Rick y yo éramos invisibles.
Pertenecemos a esa especies de persona que no se encuentran ni en los estereotipos, pasamos desapercibidos y solo cuando nos conocen, nos notan, nos quieren y hasta nos desean, antes solo somos un punto mas en el camino. Ni muy alto ni muy bajos, ni gordos ni flacos, no tenemos rasgos marcados, como una nariz grande ni una personalidad avasalladora, ni feo ni bonitos, estamos condenados a ser best friend en vez de sex buddies Como decía una canción de los ochentas: Nunca fuimos los guapos del barrio, siempre una cosa normal, ni mucho ni poco, ni para comerse el coco. Cuando te das cuenta de eso o al menos lo imaginas tienes que reinventarte, la personas necesitamos etiquetar a los demás, entonces te creas un personaje, te vuelves cool, intelectual, fashion, en el caso de Rick usas un corte de pelo diferente, o en el mio hablas de lo nice que es tu trabajo, o del ultimo desfile que organizaste o de la tienda chic que acabas de diseñar. Si no eres guapo tendrás que ser interesante.
Ahora por supuesto, no todo es malo, también tiene sus ventajas, no tienes que ser un gilerito para conquistar o quitarte el polo para mostrar el trabajo en el gimnasio para que todos te deseen, solo tienes que ser tu. Amable, atento, dispuesto a escuchar o a fingir que escuchas, teniendo siempre encuentra de no meterte en el terreno peligroso de ser alguien lindo. Porque créanme estoy cansado de ser buena gente, no se consigue sexo, al menos no del bueno, cuando te tipifican de amigo. Pero supongo que Rick y yo trabajamos para el cambio, no de nuestras personalidades, porque nos gusta quienes somos, si no de la percepción de los demás. Cuando conozco a alguien que me gusta, no quiero que me cuente su vida porque se siente cómodo conmigo, quiero que me imagine atado a su cama o besándolo en la disco mientras las Pussy Cats cantan: Don't cha wish your girlfriend was hot like me?

lunes, 7 de enero de 2008

Adios mi concubino

Cuando mi amigo P. me dijo que tenía un problema y que me lo quería contar inmediata y personalmente, pensé que se trataba del HIV. P. dista mucho de ser un santo. Es promiscuo, sórdido, pero encantador. Por eso somos amigos, porque a ambos nos gusta el doble sentido, somos amorales. Él es más libre que yo, pero también más joven y eso hace que sus inhibiciones se pierdan, que sus ganas no estén detenidas por los innecesarios convencionalismos o la doble moral. P. vive su vida al máximo, es irresponsable, espontáneo y tal vez por ello, es una persona feliz. No tiene la necesidad de racionalizarlo todo, o de detenerse a averiguar si se encuentra en el camino correcto.
Me parece injusto lo que le pasa, pero supongo que el diablo siempre nos pasa la factura. No creo que sea un castigo, solo es una consecuencia. Es algo así como caerse del cielo y estamparse contra el cemento y no poder gritar de dolor, porque lo demás se darían cuenta. Por primera vez en su vida P. tiene que ser caleta y creo que eso es lo que mas le jode, conociéndolo y queriéndolo como lo hago se que estará bien, que llevara las cosas con una sonrisa en la cara y que los demás ni siquiera notaran la diferencia en él, pero sé también como lo deprime el hecho de que algo que no puede controlar, lo controle a él. Seria muy hipócrita de mi parte decir que no me preocupe por mí cuando me lo contó, que empecé a recordar todos nuestros momentos juntos, y aunque nunca estuvimos involucrados sexualmente; más por falta de oportunidad que de ganas, es inevitable el asustarse un poco. Pero eso no evito que sin pensarlo dos veces y mas preocupados por las miradas homofobicas que por cualquier tipo de contagio lo abrazara hasta el limite de mi fuerza y le diera un beso con carga de amor y sin pizca de condescendencia. Soy un ególatra, un individualista, pero me puedo jactar de estar allí para mis amigos cuando me necesitan. P. es importante para mi, porque siempre me gusto su conchudez, su forma de mirar a la cara diciendo cosas que ni la Rampolla, que se hubieran oído ordinarias en otra persona pero divertidas en él. Lo primero que le dije cuando me contó fue: Pucha…y ahora tengo todavía menos posibilidades de acostarme contigo y empezamos a reír, para ocultar de manera un poco torpe la pena de estar en esa situación. Esa es nuestra de relación, con él puedo decir lo que en verdad pienso, sin dorar la píldora o preocuparme por las susceptibilidades. Tal vez por eso me pidió que escribiera esto y no se me ocurrió mejor titulo que el de una película china que vimos juntos alguna vez. Es mi forma de decir que no me importa hacia donde vamos si no que podamos mirar a los ojos a todo el mundo mientras lo hacemos. P. nunca se oculto y eso le costo el desprecio de su propia familia, pero tenia la recompensa de sentirse libre y de vivir como se le daba la gana. Estoy seguro que todo finalmente saldrá bien y hasta habremos aprendido ciertas lecciones, no solo las obvias, pero por ahora estoy molesto con él por ser descuidado, pero por peder a un amigo, P. no es el mismo y no por arrepentimiento, sino porque por primera vez en su vida tiene miedo. Y yo lo unico que puedo decir es:¡¡PUTA MADRE!!.

TE ODIO!!

Cuando uno decide ser algo en la vida sabe que eso nos va a acarrear diferentes consecuencias, sabes que de alguna manera el diablo te pasara la factura, mas allá de lo que hayas decidido ser o dejar de ser. Pero por supuesto también hay factores intrínsecos. Alguien que como yo ha tenido que quemar etapas y recalentar otras, sabe lo que es la discriminación. A mi me han discriminado por ser chino, pobre, peruano, anteojudo, diente chueco, flaco, gordo, vendedor, autodidacta y gay. Así es que en verdad lo que piensen los demás me tiene sin cuidado, me molesta más la posibilidad de no estar IN a la de que a alguien no le guste. Tengo bien asumido que no soy muñequito de torta. Tal vez por ello me perturbo mucho lo que me sucedió hace unos días. Se que uno es libre de pensar lo quiera, pero el odiar a alguien solo por lo que representa, sin siquiera conocerlo, es algo que no puedo entender, siempre me jacto de saber meterme en los zapatos del otro, pero el odio gratuito es algo que no quiero conocer.
Salía del cine con dos amigos y tenia una agradable charla (seguro estábamos rajando de alguien) cuando note que un grupo de chicos nos quedaban viendo, note una mirada despectiva en sus ojos, pero cuando uno es gay en Lima esas cosas son parte de la vida diaria, al menos cuando sales en grupo. Luego comenzaron los insultos, nada nuevo en verdad, lo mismo que he oído desde la secundaria, pero como dicen Los Mecano: Con sus piedras hago mi pared. Lo que me sorprendió y me asusto, fue que estaban dispuestos a usar la violencia y debo decir que hasta entendía, no justificaba, lo que estaban haciendo. Mis amigos, que son mas delicados que quinceañera (o treinteañera) pre-menstrual, decidieron esconderse en una tienda, pero para mi que estaba tan nervioso como ellos, el huir no era una posibilidad, me había costado mucho aceptarme a mi mismo como para esconderme de un cuarteto de chibolos drogados y borrachos. Salí a enfrentarlos, con los gemelos en la garganta, pero salí, entonces uno de ellos el mas joven y mas notorio en su odio y en su drogada desprolijidad. Me acuso de ser EMO (busquen en Google), recién allí entendí que sus insultos no eran alusivos a mi sexualidad sino a mi supuesta cobardía, por que habíamos huido de ellos. Es decir, ¡ni siquiera era el odio correcto! Ellos nos querían agredir y ni si quiera sabían si en verdad éramos las personas que odiaban, por que alguien que te mire como me miro este chico, cuya expresión difícilmente voy a olvidar, en verdad te odia, aunque sea gratuito. Tal vez por ello no puedo evitar preguntarme hasta donde somos capaces de llegar, tengo los mismos prejuicios de una persona que se cria en un hogar cristiano limeño y con doble moral, pero no odio a nadie y mucho menos a alguien que no conozco. No puedo justificar de ninguna manera el comportamiento de estos cuatros chicos, con pinta mas de surfers que de pirañas, como algunos podrían creer, pero me ayudaron a entender lo cómodo que me siento siendo yo y que no estoy dispuesto a que alguien me agreda solo porque no le guste lo que represento. Es difícil ser gay en Lima, pero debe ser más difícil tener quince o dieciséis años y andar drogado por la vida y odiando a todo, lo que eres o lo que temes ser.

Le vie en rose


Estoy feliz y en verdad eso es muy extraño, para una persona como yo que tiende a racionalizarlo todo, la felicidad no es mas que una taza de café colombiano y un libro de Kenzaburo Oè. Pero últimamente y como habrán podido notar (espero) la felicidad esta metiendose por los huecos del techo de mi casa vieja. Cuando decidí permitírmelo, el amor, o los mas parecido a ello, entro en mi vida de a pocos y con cara de deudor moroso, pero supongo que eso siempre sucede. Soy demasiado inseguro, en lo que a los afectos se refiere, como para quitar mi pared o tirar la primera piedra, pero cuando conoces a alguien que esta dispuesto a saltar los obstáculos, sin dejar de tomarte de la mano, eso se puede lograr. No creo ser ahora una persona distinta a la que era antes de conocerlo, todo lo contrario, estoy siendo mas yo que nunca, como dice el personaje La Agrado en uno de los mejores monólogos del cine español: “Uno es mas autentico, mientras mas se parece a lo que soñó de sí mismo”. No tenemos absolutamente nada en comun, pero supongo que en eso reside la sinergia que hemos logrado, en todo caso ambos somos tan independientes, emotivos y obtusos que estamos indefectiblemente alertas, sobre que botones presionar y cuales no podemos ni mirar, no se trata tanto de saber besar, como de saber cuando hacerlo.
El amor para mí siempre ha sido unos zapatos Gucci en el pie de otra persona, me encantan, pero no sé si me quedarían a mí, por eso ahora que tengo la posibilidad de usarlos, me pregunto por que no me lo permití antes. No me malinterpreten, no creo haber encontrado al amor de mi vida ni mucho menos, estoy feliz, eso es todo, estoy haciendo todo de lo que antes me burlaba, mi vida se puso color de rosa (y no tiene nada que ver con ser gay) llamo al menos tres veces por día, hablo estupideces y me rió de otras mas, mando mensajes cada que puedo y llamo a mitad de la noche solo para averiguar, si como yo, esta pensando en mi. Siempre creí que enamorarme o entusiasmarme, que es la palabra correcta para mí, era algo que indefectiblemente me haría amarrarme a una persona, pero él tiene esa extraña facultad de atarte en un nudo que no aprieta jamás, sin contratos de exclusividad de por medio, el amor en mi vida se parece mas a una cena de amigos que a un gobierno de Chávez.
Tal vez lo único que temo es que esto se acabe pronto pero por ahora estoy bien, por suerte siempre he sabido disfrutar el momento, pienso en todos las posibles escenarios del futuro, pero no dejo que eso me impida abrazar con fuerza o besar intensamente, si esto que hoy me pasa cambia, al menos se que si soy capaz de salirme del gris cotidiano con pequeños puntos de rosado Barbie, sin convertirme en un ser insoportable. Soy demasiado cínico para ser sweet, pero lo suficientemente expresivo para hablar de esto o para enviarle diez sms en una hora.