lunes, 7 de enero de 2008

TE ODIO!!

Cuando uno decide ser algo en la vida sabe que eso nos va a acarrear diferentes consecuencias, sabes que de alguna manera el diablo te pasara la factura, mas allá de lo que hayas decidido ser o dejar de ser. Pero por supuesto también hay factores intrínsecos. Alguien que como yo ha tenido que quemar etapas y recalentar otras, sabe lo que es la discriminación. A mi me han discriminado por ser chino, pobre, peruano, anteojudo, diente chueco, flaco, gordo, vendedor, autodidacta y gay. Así es que en verdad lo que piensen los demás me tiene sin cuidado, me molesta más la posibilidad de no estar IN a la de que a alguien no le guste. Tengo bien asumido que no soy muñequito de torta. Tal vez por ello me perturbo mucho lo que me sucedió hace unos días. Se que uno es libre de pensar lo quiera, pero el odiar a alguien solo por lo que representa, sin siquiera conocerlo, es algo que no puedo entender, siempre me jacto de saber meterme en los zapatos del otro, pero el odio gratuito es algo que no quiero conocer.
Salía del cine con dos amigos y tenia una agradable charla (seguro estábamos rajando de alguien) cuando note que un grupo de chicos nos quedaban viendo, note una mirada despectiva en sus ojos, pero cuando uno es gay en Lima esas cosas son parte de la vida diaria, al menos cuando sales en grupo. Luego comenzaron los insultos, nada nuevo en verdad, lo mismo que he oído desde la secundaria, pero como dicen Los Mecano: Con sus piedras hago mi pared. Lo que me sorprendió y me asusto, fue que estaban dispuestos a usar la violencia y debo decir que hasta entendía, no justificaba, lo que estaban haciendo. Mis amigos, que son mas delicados que quinceañera (o treinteañera) pre-menstrual, decidieron esconderse en una tienda, pero para mi que estaba tan nervioso como ellos, el huir no era una posibilidad, me había costado mucho aceptarme a mi mismo como para esconderme de un cuarteto de chibolos drogados y borrachos. Salí a enfrentarlos, con los gemelos en la garganta, pero salí, entonces uno de ellos el mas joven y mas notorio en su odio y en su drogada desprolijidad. Me acuso de ser EMO (busquen en Google), recién allí entendí que sus insultos no eran alusivos a mi sexualidad sino a mi supuesta cobardía, por que habíamos huido de ellos. Es decir, ¡ni siquiera era el odio correcto! Ellos nos querían agredir y ni si quiera sabían si en verdad éramos las personas que odiaban, por que alguien que te mire como me miro este chico, cuya expresión difícilmente voy a olvidar, en verdad te odia, aunque sea gratuito. Tal vez por ello no puedo evitar preguntarme hasta donde somos capaces de llegar, tengo los mismos prejuicios de una persona que se cria en un hogar cristiano limeño y con doble moral, pero no odio a nadie y mucho menos a alguien que no conozco. No puedo justificar de ninguna manera el comportamiento de estos cuatros chicos, con pinta mas de surfers que de pirañas, como algunos podrían creer, pero me ayudaron a entender lo cómodo que me siento siendo yo y que no estoy dispuesto a que alguien me agreda solo porque no le guste lo que represento. Es difícil ser gay en Lima, pero debe ser más difícil tener quince o dieciséis años y andar drogado por la vida y odiando a todo, lo que eres o lo que temes ser.

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