miércoles, 31 de agosto de 2011

Cosas simples.

Hace unos días tuve la buena idea de almorzar con una gran amiga, ella es muy especial para mi, porque creo, o estoy seguro, que mucho de mi crecimiento profesional y por ende personal esta indudablemente ligado a ella. Úrsula, mujer practica, siempre tiene algo inteligente, terriblemente directo y simple, pero perfectamente humano para aconsejar, por eso confío mucho en su instinto y honestidad. Es también alguien sincero, de quien sabes siempre te dirá lo que piensa, sin dorar la píldora. Justamente en esta conversación es que afiance la idea de que en la vida a veces no vale la pena complicarse, es decir para que pelear batallas de las cuales estas seguro no vas a ganar. La vida esta hecho de pequeños momentos de perfecta felicidad, lo demás debería resumirse en mantener la paz y estar en paz. Después de caminar muchos caminos me encuentro en esos raros momentos en los cuales sientes que todo está donde tiene que estar, que en verdad no necesito dramas ni stress. Tengo un trabajo que me gustas, buenos compañeros, todo en la casa parece estar en orden y lo que no esta no es posible cambiarlo por ahora, así que para que pensar en ello. Mi relación se solidifica por sí misma con cada cosa que Sean y yo hacemos, ninguno invade al otro, para ambos el metro cuadrado es sagrado y estamos aprendiendo a disfrutarnos cada vez mas el uno al otro. No digo que todo sea perfecto, si así fuera seria aburrido creo, no, digo que he decido huir lo mas posible de las complicaciones, no quiere meterme en situaciones que podrían traerme algún beneficio si ello me lleva a estar de mal humor o no tener tiempo para mí o para él. Trato de andar con la filosofía de no dejar que las miserias cotidianas contaminen mi burbuja, no reniego por la combi, por la demora en la cola del banco, por el mozo que no atiende, por el desorden de los demás, porque las cosas no salen como uno quiere. Siempre pienso que eso no merece darle mayor importancia de la que tiene. Ya he estado en situaciones de las cuales no pensé salir vivo, literalmente, así que si la sopa llega fría o el carpintero se equivoco de color solo pienso en cómo solucionarlo. Para mí la felicidad esta resumida en la sonrisa cómplice de mi Mamá Rosa, abrazar a mis sobrinos, hablar con mi madre y con mi hermana, discutir con Bruce y pasar una tarde con Sean. Además por supuesto de una buena conversación con personas que de una u otra forma llenan mi vida. Siempre cuento hasta diez cuando se que lo que estoy a punto de contestar va a acalorar las cosas aun mas, prefiero ser el que sede, siempre y cuando no me afecte realmente, si eso va a lograr que la situación incómoda termine. Justamente es esa mi táctica de supervivencia mas visceral, no pensar en el mal momento que estoy viviendo sino en el momento en que esta va a terminar y podre volver a mi normalidad, a mi libertad. Caminar y tomar un café leyendo algo interesante son cosas que necesito hacer casi todos los días y si encuentro el momento para hacerlo significa que mi día ha estado completo. Puede ser que resulte aburrido para algunas personas, pero a mi me gusta. Conozco personas que necesitan el drama en su vida para justificarse así mismas, que tienen que vivir en constante cambio o en relaciones apasionadas e innecesariamente tormentosas, yo no, o yo ya no. Ahora necesito de pocas y buenas cosas, cosas que me hagan feliz y no me compliquen. En ese almuerzo mientras hablaba con Úrsula pensaba que si como sucede mucho últimamente voy a pasar la vida en la parte de atrás de un taxi de la mano de Sean o abrazado a él, entonces estoy donde quiero estar.