El para mí
siempre es un enigma, siento que mientras más lo conozco menos se de él, aunque
me lo cuente todo, no puedo evitar sentir que siempre hay algo más que no me
dice. He descrito parte, importante, de nuestra relación con la letra de una
salsa de los 80s: En mi cama nadie es
como tú. Pero por supuesto Luis es mucho más que eso, tiene la capacidad
intrínseca de sorprenderme, aun ahora cuando creo que ya está todo dicho y
visto. Luis es inteligente y culto, habla dos idiomas y es de los pocos que
conozco que sabe la diferencia entre Simone de Beauvoir y Patricia Highsmith,
siempre está bien informado y es educado, pero por suerte cuando cierras la
puerta y apagas la luz, se convierte en otra persona, es por eso que su apodo
cariñoso es Kinky, saquen sus propias conclusiones. Luis es el tipo de chico
que cualquier hombre como yo quiere presumir de tener como novio, es joven, bonito,
dulce, con personalidad y en una reunión sabrá comportarse. En un mundo donde
el que no ataca primero muere, Luis me ha demostrado que sabe como defenderse,
sin perder la compostura y sin alterarse. Lo he visto discutir con viejos
zorros, y aunque estaba peleando una batalla que no era suya, supo como
disparar directo al corazón. Tiene obsesión con Drag Race y come como
camionero, aunque no lo creerías si lo conoces, dada su delgadez. Tiene un culo
que haría llorar de la envidiaba al David de Miguel Angel y nada me ha gustado más
que dormir acariciándolo. Es a la única persona que le permito que me toque la
puerta a las tres de la mañana solo porque está cerca y porque tiene ganas.
Pero Luis
también es alguien que sabe querer, que es cariñoso y preocupado, sus mensajes
de texto con frases de aliento tienen la facultad de ser oportunas y hasta de
cierta forma imprescindibles. Me gusta renegar con él, con su autismo cuando
esta frente a una computadora, o con su torpeza, pero también me gusta su
compañía. Cuando nadie lo ve y cuando deja de pensar milimétricamente en todo
lo que dirá o hará es mejor persona de lo que él mismo cree. Su risa es uno de
los sonidos más extraños que he oído, pero me gusta escucharla, sobre todo
cuando hago gala del humor negro de los Li. Pasar el tiempo juntos es algo que
ambos disfrutamos, somos dos solitarios que debes en cuando necesitan alguien a
su lado, al menos para que sea testigo de nuestras estupideces. Creo que la
mejor frase para describir nuestra relación es una que le dije hace un tiempo y
que causo un auténtico enrojecimiento de su rostro: La vida te da pequeñas recompensas
y sin lugar a dudas tú eres una de ellas.