Tal vez por todo eso, es muy difícil verla ahora después de un infarto cerebral no ser ella misma. Es cierto que aun mantiene la lucidez y lo sabemos porque sigue peleando con el perro o pidiendo que le pongan Utilísima, Casa Club TV o Prensa Libre. Es extraño cómo funcionan las cosas en la vida, casi al mismo tiempo que disfrutamos con el ultimo de sus nietos que recién cumplirá dos meses cada sonrisa, cada intento de palabra, cada movimiento, también lo hacemos con ella. Siempre hemos sido muy irónicos en la casa, nuestros allegados saben que indispensable tener correa ancha y humor negro para visitarnos. Tal vez por ello cuando salió del hospital le decíamos que no había quedado bien la lipo porque seguía gorda o que si estuvo bueno el spa, todas formas de reírnos un poco de lo que sucedía. Celebrábamos con Bruce (cuyo esfuerzo merece un escrito aparte) cada movimiento nuevo, cuando por si sola lograba acomodarse en la cama o comer. Es muy interesante sentir que le estas devolviendo algo a esa persona que siempre estuvo cuando la necesitabas. Ahora que tenemos que leerle la mente un poco, sabemos cuánto nos necesita y cuanta falta hace el apoyo de los demás. Siempre nos dicen que en los momentos de crisis notas quien en verdad se preocupa por ti y en esta etapa ha sido reconfortante el apoyo de sus hermanos, sobrinos y amigos, pero también esclarecedor la falta de voluntad de algunos otros, que se suponía debían estar más cerca. No sé si es peor sentir que la batalla la peleamos unos pocos o confirmar que no puedes confiar en esas personas que deberían estar al frente. Pero como toda crisis está también sirve para crecer.
Mantengo incólume la esperanza que todo vuelva hacer como antes, que llegue de trabajar y me pregunto cómo me fue y que la encuentre viendo programas de cocina o renegando con el pelo largo de las conductoras. Espero que antes de que lo imagine me mande a la tienda a escondidas de Bruce a que le compre su vitamina, o que me grite: ¡Fello! Cuando quiere algo.
Mantengo incólume la esperanza que todo vuelva hacer como antes, que llegue de trabajar y me pregunto cómo me fue y que la encuentre viendo programas de cocina o renegando con el pelo largo de las conductoras. Espero que antes de que lo imagine me mande a la tienda a escondidas de Bruce a que le compre su vitamina, o que me grite: ¡Fello! Cuando quiere algo.