Siempre me ha gustado
estar solo, creo firmemente que hay algo hermoso que se esconde en la soledad,
supongo que tiene que ver con el hecho de conocerse más a uno mismo, de pensar
en las cosas que haces y en las que quieres hacer. Desde que era adolescente me
ha gustado mi soledad, recuerdo las tardes de sábado en Buenos Aires cuando lo
único que me gustaba era salir a caminar y explorar la ciudad. No tenia ningún
plan establecido, y nunca lo he tenido, solo iba a donde mis pies me llevaban.
Ahora a los trenticinco la he redescubierto. Hace doce años cuando me enamore
por primera vez (todo lo hice tarde) deje mi soledad a un lado y empecé a
disfrutar de andar en compañía, me acostumbre a no comer solo, de hacer planes
para dos y de armar mis planes teniendo en cuenta a la otra persona, es decir
deje entrar a alguien a mi, hasta ese momento, inconquistable metro cuadrado.
La experiencia si bien me gusto no termino de la forma en que esperaba y decidí
cerrar la puerta hasta que otra persona me enamoro (atropello) con
consecuencias catastróficas, incluidos ambulancia, policía y pastillas
antidepresivas. Me acostumbre a no hacer nada sin él, nos vimos todos los días
durante año y medio, no concebía hacer nada sino lo incluía, no me enfocaba en
el trabajo, no veía a las personas que mas quiero y andaba pendiente de sus
necesidades, dejando atrás las mías. Pero como creo que de todo se aprende,
entendí, a punta de golpes (literalmente en algunos casos) que uno nunca debe
perder su esencia y si cambias para gustar lo único que logras es que se
enamoren de alguien que no eres lo cual siempre causa frustración. Hoy tengo una relación con alguien quien defiende
su metro cuadrado más que yo, que no tiene la menor intención de fingir o dorar
la píldora. Y aunque resulte contradictorio, es justamente gracias a esta
relación que he redescubierto mi soledad. Este año decidí vivir solo y eso es
algo que me ha hecho mucho bien. No hay nada como llegar a tu espacio y
desconectarte, de colocar cada cosa en un lugar que a ti te gusta, pero por
sobre todo un lugar donde estar solo. S. y yo podemos ser atípicos para los
demás pero creo que a ambos nos funciona mejor así, somos muy diferentes, así
que algunas noches de sábado el sale con sus amigos mientras yo leo Millenium o
GQ. Por supuesto que tenemos cosas en común y hemos descubierto cosas que
disfrutamos juntos, pero nadie se pica si él otro decide que hoy no tiene ganas
de hablar ni ver a nadie. Hay mucho respeto de los tiempos y las obligaciones.
Hace un par de semanas me tome un día para mi, camine, leí, me hice las manos
(recuerden que también leo GQ), fui al cine a ver una película de Woody Allen,
me di una vuelta por Casa Cor y cene en un restaurant que me gusta sin mas
compañía que Raro, y lo disfrute mucho. La vida es algo que muchas veces no
entiendo, que dicen es mejor en compañía, pero también creo que esta bueno
sentarse a ver el atardecer solo y pensar, sino en que momento te descubres a
ti mismo.