jueves, 16 de julio de 2009

Carlito´s Way

Cuando lo conocí no pensé que se volvería alguien importante en mi vida, es el tipo de chico que me gusta, delgado, con ese despeinado meticulosamente desordenado o planchado, dependiendo del día, sonriente y siempre dispuesto. Cuando Francisco me lo presento pensé que no pasaría de ser un agarre de sábado. Pero por esas cuestiones que uno no planea y por consecuencia fluyen mejor, terminamos siendo buenos amigos. Siempre me hace reír con sus ocurrencias y sus frases de gay asumido y exagerado. Me gusta cuando hace un movimiento a lo Ángeles de Charley (las originales) con el pelo y dice! Como te atreves ¡
Siempre se que es la persona correcta para llamar cuando quiero desconectarme y me molesta que los demás lo juzguen por sus piercings y su libertad. El no teme ser quien es, decir lo que piensa y a pesar de su facha y sus actitudes es mas inocente que algunas otras locas profundas y aggiornadas que conozco. Carlos esta en busca del verdadero amor, ese que le han prometido en reiteradas oportunidades y del cual se colgado como si su vida dependiera de ello.
Lo he visto ilusionarse de alguien que le prometía la luna en mensajes de texto y llamadas de una hora de duración y que sin embargo terminaba bajándolo a la tierra antes de una semana o dos. Carlos no es de los que ama con locura y adicción, pero si de los que necesita que lo quieran y lo cuiden. Se muestra como alguien que va en busca de acción, pero es solo una pantalla para que no vean lo que en verdad quiere: Estar con alguien.
Supongo que luego de dos golpes seguidos de personas que un día decían te amo y al otro: No nos integremos tanto. Se ha vuelto un poco mas duro, pero no menos sensible. Sé que aun le duele que M haya cambiado tanto en un fin de semana, pero se sabe ganador por aquello de ser el primero y ergo inolvidable. Finge bien que no le importa cuando lo ve besando a otro o lo saluda como si fuera uno mas, pero puedo leer en su mirada ese sentimiento de decepción, no tanto por M sino por no haberse dado cuenta. Carlos es alguien que aprende de sus lecciones y cuyas prioridades han cambiado, pero sin perder su esencia. Tal vez por ello y a pesar de su juventud, me he acostumbrado a verlo al menos una vez a la semana para hablar y reírnos en el Mc Donalds de Benavides cuando sale de trabajar.

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