Estoy empezando una relación con alguien mucho menor que yo. Lo sé, no es novedad. Pero como siempre trato de encontrar algo nuevo en todo lo que hago, debo decir que él siempre me sorprende, para bien o para mal, hay algo que descubrir mutuamente cada vez que nos vemos. De lo que aun no estoy muy seguro es si ahora estoy experimentando las situaciones desde otro punto de vista. Como si por fin hubiera aprendido una lección, no estoy tan comprometido, no en un sentido de fidelidad sino de compartir. Es extraño, ambos estamos bien así, como si lo que necesitamos del otro es justamente lo que obtenemos. No tenemos que hablar todos los días, basta algún mensaje. No tenemos que vernos todos los días, solo un par de veces a la semana. No salimos con nadie más y no hace falta tampoco. Hasta hace poco me hubiera quejado de esto, pero después de pasar por una relación de co-dependencia lo mas sano es que cada uno mantenga bien resguardo su metro cuadrado. El tiene sus amigos y yo los míos, nos podemos conocer, pero como siempre dice Bruce: “Los mundos no se deben juntar”. No tenemos absolutamente nada en común, no nos gusta la misma música, las mismas películas o la misma comida, pero a ambos nos gusta experimentar. Tiene un sentido de la moda, o mejor dicho, no lo tiene, pero me gusta como se ve. Vive al otro lado de Lima, pero me gusta ir a buscarlo. Baila de una forma en la cual yo me vería ridículo y que además seria motivo de destrucción para mi lengua viperina, pero sin embargo me gusta contemplarlo cuando lo hace. Me gusta que siempre me tome de la mano, y que en verdad no le importe lo que eso genera en la calle. O que me abrase cuando le digo alguna cosa linda. No tengo ni la menor idea, como casi todo en mi vida, de si esto llegara a buen puerto, pero al menos estoy disfrutando el proceso.
Creo que el éxito en mis relaciones este justamente basado en esta premisa: Menos es más. Cuando me enamoro de alguien me vuelvo idiota, con catastróficos resultados casi siempre. Por eso ahora disfruto de esto, de estar con alguien que me gusta sin que eso me impida ser yo mismo o dar más de lo que recibo. Puede ser que yo se mas afectuoso que él (o mas calenton), pero estamos en un punto en el que aun eso es tema de una conversación pero no de una pelea. Además creo que si tuviéramos una seria el indicativo de que esa relación ya fue. Tengo suficiente estrés en el trabajo y en mi casa, como para acrecentarlo con una relación conflictiva. No. Eso no es para nada lo que yo quiero. Podrán decir que solo somos dos personas que están saliendo, que no somos enamorados, o pareja o cualquier otra etiqueta, pero en verdad no me interesa. Me gusta verlo, compartir con él momentos y también ver su sonrisa pueril y diáfana cuando le hago alguna broma. Como dije antes no se si este sea el camino a la felicidad, pero al menos es entretenido no tener que pagar peaje para llegar a la meta.
Creo que el éxito en mis relaciones este justamente basado en esta premisa: Menos es más. Cuando me enamoro de alguien me vuelvo idiota, con catastróficos resultados casi siempre. Por eso ahora disfruto de esto, de estar con alguien que me gusta sin que eso me impida ser yo mismo o dar más de lo que recibo. Puede ser que yo se mas afectuoso que él (o mas calenton), pero estamos en un punto en el que aun eso es tema de una conversación pero no de una pelea. Además creo que si tuviéramos una seria el indicativo de que esa relación ya fue. Tengo suficiente estrés en el trabajo y en mi casa, como para acrecentarlo con una relación conflictiva. No. Eso no es para nada lo que yo quiero. Podrán decir que solo somos dos personas que están saliendo, que no somos enamorados, o pareja o cualquier otra etiqueta, pero en verdad no me interesa. Me gusta verlo, compartir con él momentos y también ver su sonrisa pueril y diáfana cuando le hago alguna broma. Como dije antes no se si este sea el camino a la felicidad, pero al menos es entretenido no tener que pagar peaje para llegar a la meta.